Me pareció oportuno agradecer por el blog a todo el personal del Hospital del Carmen de Mendoza, por el trato humano, por las palabras de aliento, por la buena atención medica que tuvieron con mi hermana Claudia.
Gracias a Dios, ya el mal trago pasó y ella está de vuelta en casa con su esposo y sus niños.
Una sonrisa en el momento adecuado vale más que mil palabras luego de un mal gesto.
¿Cuando entenderán en algunos hospitales públicos que las personas que asisten a ellos lo hacen por que están enfermas y no se sienten bien? Ahora me pregunto ¿Cuesta mucho hablar bien, una sonrisa, atender con paciencia y vocación de servicio al enfermo?
Reitero mi agradecimiento y el de toda mi familia para el Hospital del Carmen.
jueves, 16 de agosto de 2007
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